Eugenio Feijoo

  

Opiniones de lectores

La creación literaria, como cualquier otra expresión artística, no completa su ciclo creativo hasta que se expone a la consideración de la sociedad.

Escribir para uno mismo, como componer, pintar o esculpir, tienen su punto final en la consideración del público.

En este apartado de la web se recogen como información para los futuros lectores las opiniones recibidas de los libros de Eugenio Feijoo, incluyendo aquellas recibidas antes de la publicación de la página. 

Opiniones de lectores

Marcelino Ramón
21/09/16 16:38:25
He leído tu libro Los Silencios de Martina y, aunque mi dedicación empresarial no me permite ser un gran lector, y mucho menos crítico literario, apoyándome en nuestra amistad me permito hacerte algunos comentarios sobre la novela.
La lectura me resultó fácil y agradable, entre otras cosas porque encontré en ella ciertas similitudes con mi día a día. Estas no tienen nada que ver con el amor a los cincuenta, pues hace treinta años que estoy casado y sigo amando a la misma mujer. Tienen que ver con los problemas de la empresa, con la familia, con el trabajo, aunque, como digo, en circunstancias diferentes.
Luis, el protagonista de la obra, es un personaje que me gusta y me disgusta a la vez. Me gusta su vena romántica, y su evolución en lo que escribe. Mi mujer suele decirme que me expreso mejor cuando escribo que cuando hablo, y a Luis creo que le pasa lo mismo en la novela. Me disgusta por sus celos enfermizos, y lo peor es que los sufre en silencio y cuando se los muestra a Martina, la protagonista femenina, resulta cansino, como para mandarlo a paseo, por no utilizar un lenguaje más coloquial.
Si no fuese un personaje de ficción, a Luis lo pondría de vuelta y media, pues no puedo entenderlo. Yo soy de los que piensan que el amor es lo que te permite hacer las locuras más disparatadas y Luis no mea fuera del tiesto en ningún momento, por lo que su enamoramiento lo enmarco dentro del amor platónico, pues de físico no tiene mucho. Resumiendo, veo a Luis demasiado moderado, muy meticuloso, y lo peor, inseguro de si mismo.
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21/09/16 16:37:13
En cuanto a Martina, pienso que es esa mujer a la que valdría la pena conocer. Creo que después de la atracción inicial por Luis se fue enamorando poco a poco, o más bien él la fue enamorando con su prosa. Si pudiéramos pesar el amor, la balanza se inclinaría hacia Luis; si pudiésemos pesar la personalidad, sin duda la balanza se inclinaría a favor de Martina.
Por otro lado, Martina tuvo la oportunidad de aclararnos a los lectores lo que nos intriga durante toda la novela cuando en uno de los últimos capítulos se confiesa con una amiga, pero se ha muerto y nos ha dejado con la duda, con la sospecha y, lo peor, al pobre Luis hecho polvo. Si me preguntases mi opinión con respecto a la infidelidad de Martina hacia Luis yo te diría que sí. Pienso que Martina era infiel a Luis en cuanto al sexo, pero no en el amor. Con el tiempo ella se dio cuenta de que nunca antes había sentido y tampoco le habían ofrecido un amor como el de Luis.
Cuando como autor de la novela te pones en la piel de Martina lo haces perfecto. Las mujeres tienen esa facilidad de hacer sencillo lo complicado y de retorcer lo sencillo. Yo diría que, entre los e-mails que se cruzan los dos personajes, los de Martina parecen realmente escritos por una mujer.
Martínez Hernando Bernardino
20/04/16 16:45:44
Texto de la presentación que hizo el profesor Bernardino M. Hernando del libro Relatos de Halcones y Palomas. El acto tuvo lugar el día 2 de diciembre de 2015 en la Casa de Galicia de Madrid. Los lectores interesados también pueden ver el vídeo correspondiente en el apartado Presentaciones.

Cuando Eugenio me preguntó qué quería yo poner después de mi nombre en la tarjeta de invitación para este acto de presentación, se me ocurrió una inocente broma con la que, al fin, Eugenio estuvo de acuerdo. Poner sólo el nombre. Con lo cual conseguiríamos lo siguiente. La inmensa mayoría de los invitados pensarían:”¿Y quién será este individuo? Pero si sólo ponen su nombre debe de ser porque es muy conocido , no necesita más y en mi ignorancia debo de ser el único que no lo conoce”. El pobre invitado ya está vencido. Acudirá al acto humildemente pero con aire de estar de vuelta que es la mejor disposición para escuchar a cualquier indocumentado como se escucha a un oráculo.
No me negarán que la broma es inocente.
Lo que no dije a mi amigo Eugenio es que hubiera deseado poner después de mi nombre este escueto adjetivo: “lector”. Eso sí hubiera sonado a broma y sin embargo es la única verdad. Toda mi vida ha sido tiempo de lectura, con algunos breves espacios para trabajar un poco y ganar el pan. No he hecho más que leer. Por eso, a estas alturas (alturas que son ya bajuras) de mi vida puedo permitirme el lujo de abandonar la lectura de cualquier libro allí donde deje de interesarme. Soy malo para casi todo pero muy bueno como lector. Por eso me siento justificado de haber aceptado la invitación de mi amigo Eugenio Feijóo. Mi amistad y mi condición de buen lector me han traído aquí. Si hubiera tenido que abandonar la lectura de este libro ,”RELATOS DE HALCONES Y PALOMAS” no hubiera venido a presentarlo.
Primera reflexión ,pues:este libro se deja leer con gusto, con mucho gusto. Es lo menos y quizá lo más a que puede aspirar un libro de relatos.
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20/04/16 16:44:36
Hay otras condiciones anejas a la literatura de Eugenio que destacan en todo lo que ha escrito. La primera, Eugenio es autor de uso, no de cambio. Me explico: fue el economista clásico Adam Smith quien inventó, o al menos el primero que divulgó, uno de los conceptos básicos de la economía: la división de los valores en valores de uso y valores de cambio.
El valor de uso es el de las cosas de cada día, las cosas que usamos y nos sirven: una silla, unos zapatos, un bolígrafo…
El valor de cambio por antonomasia es el oro que no sirve para nada pero hace rico a quien lo posee. O el diamante cuyos desorbitados valores de cambio no se justifican de ningún modo en la vida laboral diaria, es decir, en su uso. Con decir que al observador vulgar sólo se le alcanza el modesto uso del diamante para quebrar cristales en línea recta… Hace unos días Sotheby´s , la gran empresa de subastas, subastó en Ginebra el famoso diamante Blue Moon, de 12,03 quilates, por 45 millones de euros . El Blue Moon es de intenso color azul y está montado sobre un anillo. El comprador de Hong Kong que se quedó con él, un millonario de la nueva hornada china, lo adquirió para una niña de 7 años, llamada Josephine, hija suya. ¿Qué puede hacer una niña de 7 años, aunque se llame Josephine, con un anillo así? Nada, ni siquiera ponérselo. Aunque no sea más que por miedo a perderlo. El diamante no es para ponérselo ni para ningún otro uso que no sea la exhibición de una supuesta riqueza o la vanidad social . Sólo tiene valor de cambio. Es decir, vale lo que valen las cosas que pueden cambiarse por él. Un valor vicario y un poco infantil, aunque encandile y , a veces , enloquezca, a los señores mayores e influyentes. En fin, una loca inconsecuencia más en este mundo de locas inconsecuencias.
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20/04/16 16:43:43
Ya más de una vez se han aplicado estos conceptos de la economía (valor de uso-valor de cambio) a la crítica literaria. Hay escritores con valor de uso: los que son leídos con placer . Y escritores con valor de cambio: los que son citados para presumir. Los que sirven para el intercambio de vanidades y otros jolgorios sociales. Lo verdaderamente curioso es que los escritores más citados son los menos leídos. Todo el mundo cita a Kafka, a Joyce, a Sócrates, a Platón…Pocos, muy pocos los han leído. Y a Sócrates nadie ha podido leerlo porque no escribió nada. Si todos los que dicen, citando a Ortega, “yo soy yo y mi circunstancia” hubieran leído a Ortega… Pero no hay peligro: los escritores con valor de cambio sirven para presumir no para ser leídos. También son llamados “escritores de culto”, es decir, de un prestigio tan grande que ronda el fervor; pero sin lectores. Por algo se dice que la fe es creer lo que no vimos.
Eugenio Feijóo es escritor con valor de uso. Lo mejor que se puede hacer con este libro que hoy presentamos es leerlo. Compensa al lector, que se siente respetado y deleitado, con la sensación, no sólo de no haber perdido el tiempo sino de haberlo ganado en la observación placentera y aleccionadora del mundo en el que vive. Da la impresión de que el autor, Eugenio Feijóo, está en posesión de una mirada más profunda que la nuestra como para ver más allá de la realidad, es decir, la verdadera realidad, no la mera apariencia. Es como si alguien nos contara nuestra propia vida y descubriéramos en el relato matices y aspectos desconocidos para nosotros mismos. Es una experiencia muy interesante pero un poco inquietante. Aunque da la casualidad de que el buen escritor lo es porque profundiza, revela, inquieta.
Sin embargo, el escritor Eugenio Feijóo, no servirá como valor de cambio, por lo que enseguida diremos.
Hay personas tan listas que se les nota demasiado que son listas. O sea, que no son tan listas.
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